Leo, tutor por desgracia.

 En algunos de los posts anteriores he hablado (aunque un poco por encima) de la importancia de ser un buen tutor. Bueno, pues para ejemplificar un poco cómo habría de ser un tutor ideal y sin más dilación os presento a Leo.

Siempre preocupado por el bienestar de sus alumnos, Leo utiliza sus horas de tutoría para trabajar temas más personales con ellos. Para ganarse la confianza de los adolescentes y poder prestarles su ayuda, este tutor posee las siguientes cualidades:

  1. Es empático y procura trasmitir esta capacidad a sus alumnos. Saber ponerse en el lugar del otro y lograr prever o evitar situaciones negativas es una de las principales preocupaciones de Leonardo.
  2. Es creativo. No duda en probar nuevas actividades con los jóvenes si con ello consigue mejores resultados y, así, transmite sus ideas o conocimientos de forma más efectiva.
  3. Es paciente. Sabe que todos sus alumnos no tienen las mismas capacidades, pero que, con un poco de espera y ayuda, al final todos ellos podrán lograr las metas que se les proponga.
  4. Está comprometido con su labor docente y con sus alumnos. Se preocupa por su clase y su mayor deseo es educar en todos los ámbitos a los jóvenes que llenan su aula. 
  5. Es cooperativo. "La unión hace la fuerza" siempre ha sido el lema de Leonardo e intenta concienciar a los adolescentes de que el trabajo en grupo es fundamental. Si se ayudan entre sí siempre obtendrán mejores resultados y aprenderán a tolerarse y a sentir unidad de grupo.
  6. Motiva a su clase a mejorar y a superar esos límites que muchas veces se auto-imponen.
  7. Transmite valores que considera esenciales para el buen desarrollo personal y social de los alumnos (empatía, asertividad, tolerancia, respeto, compasión, esfuerzo, etc.).
  8. Es el líder a quien los alumnos pueden acudir ante cualquier problema, porque son conscientes de que Bartolo siempre intentará darles los mejores consejos; es su modelo a seguir.
  9. Sabe escuchar. Este tutor se caracteriza por dejar a sus alumnos expresarse libremente (siempre con respeto) en clase; escucha atentamente todo lo que los alumnos tienen que decir o simplemente lo que piensan.
  10. Se adapta a cualquier situación. En la profesión docente, como en todas las demás, siempre va  a haber días buenos y otros que no lo serán tanto, pero un buen tutor ha de saber amoldarse a todo tipo de contextos y, por supuesto, a todo tipo de alumnos.

¿Y tú? ¿Has tenido alguna vez un tutor así?

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